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TERAPIA PARA ADOLESCENTES

Si estas leyendo esto es porque, o bien que eres un adolescente, o convives con alguno. Por ello queremos hablarte sobre esta etapa de la vida.

La adolescencia es una fase en la que se producen muchos cambios; es una transición entre el niño y el adulto, por lo que esos cambios se dan a todos los niveles: físicos, relacionales, emocionales, psicológicos e intelectuales, por lo que podríamos decir que es un momento en el que la confusión es predominante. En este momento vital cuando se inician nuevas relaciones con los padres y con el mundo exterior, ocasionando una ruptura con el mundo infantil. Como veis es una tormenta perfecta, pero tranquilos, después de la tormenta siempre llega la calma.

Es cierto que no podemos hablar de una etapa fácil, ni para los protagonistas ni para sus familias. Lo que sí queremos que sepas es que se trata de una época en la que atraviesan un proceso de diferenciación de sus padres y en ello entran a escena sus iguales para completar la ecuación. Es el proceso por el cual se crea y moldea la personalidad. El adolescente se encuentra que los padres a los que admiraba ya no son un reflejo de sí mismo y los padres no reconocen a sus pequeños. Es duro, puede ser complicado, pero es vital para poder ser un adulto sano.

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Todos estos cambios pueden provocar sentimientos que no saben asumir, manejar ni resolver. En el proceso psicoterapéutico se favorece el descubrimiento de herramientas y su puesta en práctica para afrontar estos cambios. El trabajo no es solo con el menor sino también con sus padres. A ellos también se les facilita las estrategias para que sepan mantener la calma, aprendan a tratar a su hijo/a, y acepten los cambios que van a surgir en esta nueva etapa de la vida de sus hijos e hijas.

Además, en terapia descubriréis que la adolescencia también puede ser bonita y positiva si se orienta al desarrollo personal y familiar. Muchas veces los adultos dicen expresiones de tipo “está en la edad del pavo”, o “está hormonado” dándole una connotación negativa y asociándola de esta forma a algo malo. Sin embargo, bien encauzada, con ayuda y orientación puede llegar a ser una etapa muy enriquecedora para todos, aunque haya momentos difíciles.

A pesar de que determinadas conductas parecen ser trastornos conductuales o patologías, lo cierto es que normalmente no lo son. La preocupación por el aspecto físico no siempre esconde un trastorno alimenticio, como no es rebeldía el hecho de que quieran mayor independencia y libertad. Es posible que haya ocasiones en las que incluso parezca perder el control sin que suponga un problema de conducta. Como tampoco es un síntoma de depresión que haya momentos melancólicos o en los que parezca retraerse en sí mismo.

Son muchos los momentos de la adolescencia que pueden parecer trastornos, pero que son simples emociones que forman parte del desarrollo propio de la persona.

No obstante, hay determinadas conductas que bien por intensidad o porque se alarga en el tiempo hacen que las alarmas salten con razón, por lo que acudir a terapia para adolescentes será una buena decisión.

Los adolescentes viven esta etapa de formas muy distintas, y no todos tienen por qué verse envueltos en algún conflicto. En caso de que creas necesario contar con apoyo u orientación por parte de un psicólogo especializado, no dudes en consultarnos.