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Dependencia emocional
Nos resulta complicado en ocasiones darnos cuenta en qué momento nos hemos vuelto dependientes de la persona que tenemos al lado. Es cierto que no siempre tiene por qué ser nuestra pareja, pero en la mayoría de los casos la dependencia emocional suele surgir en este tipo de relaciones.
El motivo de que nos resulte difícil tomar conciencia suele ser que el amor incondicional que sentimos por la otra persona, que nos hace sentir tan bien, a la vez nos hace olvidarnos de nosotros mismos y sin darnos cuenta poco a poco vamos cediendo parcelas importantes de nuestra vida. Se convierte como en una adicción el que la otra persona esté siempre presente o dedicándonos su atención. El sentir que somos importantes y queridos por dicha persona. Dejamos de realizar ciertas actividades o de compartir tiempo con los demás solo por el hecho de pasar aún más tiempo con esa persona.
El problema principal de la dependencia emocional es cuando uno se acaba anulando a sí mismo en el proceso, cuando no te sientes capaz de tomar decisiones sin esa persona, cuando tu autoestima depende absolutamente de lo que el otro nos valida. Buscamos la seguridad que nos falta en el otro, ya que sin él/ella nos sentimos perdidos.
Llegamos al punto, en ocasiones, de que nuestros propios sentimientos dependan de esta persona y que varíen en función de cómo nos trate, pudiendo llegar a sentir una verdadera montaña rusa emocional. A veces nos lleva a controlar al otro, qué hace, dónde va o con quien queda, si lee o no nuestros mensajes, etc., por ese miedo constante a que nos dejen.
Esto puede derivar en que finalmente nos veamos metidos dentro de una relación tóxica y que nos cueste más trabajo ver cómo salir.
Si te sientes identificado con algo de lo anterior y/o crees que necesitas ayuda para ver cómo salir de esa situación, no dudes en contactar con nosotros. Juntos podremos descubrir lo que te está ocurriendo y aprenderás nuevas estrategias para, poco a poco, relacionarte de una manera que te haga sentir mejor.